Estas mochilas son parte de la herencia cultural indígena que el pueblo colombiano recibió de los aborígenes, junto con tantos otros elementos sin los cuales la vida campesina o ciudadana sería difícil de imaginar. En la Sierra Nevada de Santa Marta las diversas tribus que aún sobreviven en las faldas montañosas han manufacturado estos utensilios desde tiempos inmemoriales, y de aquellos indios aprendieron los criollos la utilización de la materia prima y la técnica de su elaboración.